miércoles, 18 de enero de 2012

4. La Inspiración de La Biblia


Definición de la inspiración
        “Toda la Escritura es inspirada por Dios…”, declara Pablo  (2Tim. 3:16). La palabra “inspirada por Dios” quiere decir  que tiene el “soplo de Dios”. De la forma que éste soplo divino dio vida a Adán (el primer ser humano creado), así también da valor y vida a escritos que, de otra manera, estarían muertos. 
       La expresión: “inspirada por Dios” en griego, se dice solamente con una palabra: ”Theopneustos”, que significa literalmente:”soplada-de-Dios”. Esto es que la Biblia ha sido “soplada” por Dios, y que son Sus palabras puestas por escrito como Él quiso, por medio de los profetas como instrumentos humanos.
        Un ejemplo para entenderlo mejor sería el pensar en una flauta musical, que como toda flauta tiene la propiedad de sonar, pero no sonará hasta que alguien no sople en ella, además no sonara con la melodía que quiera la misma flauta, sino la que desee el músico, que es quien ira manejando las notas a su antojo.  
     

        Otra característica de la flauta es que a pesar de tener el sonido de “flauta”, tiene su sonido propio, es decir, todas las flautas no suenan igual, cada flauta tiene un sonido único, podíamos decir que tiene su propia “personalidad”. Así también en La Biblia, la personalidad del autor humano no se elimina y el Espíritu aprovecha las dotes especiales de cada uno de los escritores  y su estilo propio, como también las circunstancias y culturas de las épocas (15 siglos) que los Libros se escribieron.
       Un detalle importante que debemos tener en cuenta al pensar en la inspiración de las Escrituras es el siguiente: Dios dirigió a los hombres para que ellos escribieran Su mensaje en la Biblia, pero la inspiración solamente puede atribuírsele a los escritos originales, no a las copias o a las traducciones, por más precisas que sean…

La Participación Directa de Dios

A lo dicho en el párrafo anterior podemos añadir que, no solamente Dios dirige a sus colaboradores a la hora de revelar Su Palabra, sino que también participa directamente en Ella, es decir, “Dios escribe directamente parte de la Biblia”, tal como podemos comprobar al leer en el libro de Éxodo, el relato de los acontecimientos en el Sinaí, cuando Dios entrega las Tablas de la Ley a Moisés:- “Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios”  (Éxodo 31:18)

Inspiración de los mensajeros
            1. Los profetas
            Que tenían la seguridad de que Dios hablaba por medio de ellos, y de que sus mensajes eran la “Palabra de Dios”. Frases como “Habló Dios a Moisés…” se hallan constantemente a través de los libros del Éxodo al Deuteronomio. “Y fue a mi palabra de Jehová…” dice Ezequiel; y hallamos frases similares en Jeremías: “Palabra de Dios que fue a Jeremías profeta…” (Ez. 12:1; Jer. 46:1). David también describe la manera en que la Palabra del Señor le vino, en 2Samuel 23:2-3.
            Jesús aseguró que los profetas fueron inspirados por Dios cuando hablaron y escribieron La Palabra, cuando declaraban, que en Su persona, se cumplían lo dicho por los profetas, (Lc. 24:44, 46) y que de Él hablaban las Escrituras (Jn. 5:39).
           
           2. Jesucristo
           El mismo Jesús llevaba las escrituras de los profetas en Su memoria y en Su corazón, y acudía constantemente a ellas como autoridad máxima para la solución de las más delicadas cuestiones. De tal forma se enlaza la autoridad del Antiguo Testamento con la Suya propia, que es autoridad del Verbo Eterno hecho carne, quien vino del cielo para declarar a Dios y dar a conocer tanto Su pensamiento como Su corazón de amor (Mr. 12:36; 14:27; Lc. 24-44; Jn. 5:39,46 etc.).

3. Los Apóstoles
Fueron escogidos por el Señor Para proclamar con toda autoridad la doctrina cristiana, también apelaban constantemente a las profecías y demás escrito del A.T., y enseñaban que los autores eran inspirados por Dios  (1 Ped. 1:10-12; 2 Ped. 1:19-21). Los apóstoles sabían que Dios hablaba por medio de ellos, y esperaban que los creyentes obedeciesen Sus mandatos (1Cor. 2:13; 2Tes. 3:14; Jn. 14:26; etc.)


La Inspiración de Las Escrituras está garantizada

      La importancia de las declaraciones de Jesús (Jn. 14:6-7), el Verbo encarnado  (Jn.1:1), garantizan la plena inspiración de La Biblia, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo, es fundamental estas declaraciones.  Jesús garantizó la inspiración del Nuevo Testamento cuando a los apóstoles les declaró que les enviaría el Consolador, el Espíritu Santo, que hablaría por ellos (Mc. 13:11), les enseñaría todas las cosas, y les recordaría todo lo que Él les había dicho (Jn. 14:25-26).
  

jueves, 29 de diciembre de 2011

3. El origen de la Biblia

Su origen es único
Nadie puede negar que la Biblia es única por la forma cómo se originó. Coge un libro cualquiera, y observa cómo se realizó. Normalmente ocurre así: alguien decide escribir un libro; y lo hace imprimir. Si es un libro en el que colaboran varios autores, primero se reunirá, pensaran un plan que diga cómo se presentará el libro, determinaran las aportaciones que cada uno hará; también habrá uno o mas redactores que harán un todo coherente de cada una de las aportaciones.
     Pero, en este aspecto, la Biblia es totalmente única, fue escrita por unos 40 o más escritores ¡que no habían hecho previo convenio entre ellos! Esto difícilmente pudo ocurrir, pues escribieron el libro, cuando menos, en 1.500 años o quizá muchos más.
     Es un milagro como la Biblia fue creciendo lentamente en 50 generaciones o más. Sin un plan visible, siglo tras siglo, fueron añadidas unas partes a otras hasta que la biblia estuvo completa.

En el Monte Sinaí
     Al decir que las partes más antiguas de la biblia al menos tienen 3.400 años, entendemos que la Biblia en cierto sentido tuvo su origen cuando el pueblo de Israel, tras su marcha de Egipto, llego al monte Sinaí. Su guía Moisés, subió al monte y allí permaneció cuarenta días y después otros cuarenta, y hablo con Dios, que le mando que escribiera la ley:
     “y Dios dijo a Moisés: escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho pacto contigo y con Israel. Y él estuvo allí con Dios cuarenta días y cuarenta noches; no comió pan, ni bebió agua; y escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamiento.” (Éxodo cap. 34, vs. 27-28)

     Moisés ya había recibido un encargo semejante anteriormente (Éxodo 17:14); y también en el  Sinaí, antes de su encuentro con Dios, escribió por propia iniciativa todas las palabras de Dios en lo que se llama “el libo del pacto (éxodo 24:4-7). Asimismo, en el posterior viaje del desierto (durante 40 años), leemos que Moisés describió las aventuras del pueblo (Números cap. 33:2), y puso por escrito en un libro sus leyes (Deuteronomio 31:9, 19, 22, 24-26).

Autores muy diferentes
     Quienes escribieron la Biblia procedían de diversos ambientes y culturas. Fueron entre otros Moisés (político, educado en la sabiduría egipcia), Josué (general militar), Salomón (rey), Amós (pastor, Nehemías (cortesano), Daniel (primer ministro), Pedro (pescador), Lucas (médico), Mateo (recaudador de impuestos), Pablo (rabino), etc.
     Escribieron en lugares diferentes y en circunstancias diversas. Moisés escribió en el desierto, Jeremías en la cárcel, David en el campo y en palacio, Pablo en la prisión, Lucas de viaje, Juan como desterrado en Patmos, otro bajo tensión de expediciones militares. Escribieron bajo diferentes disposiciones de ánimos: unos en tristeza, otro en gozo; lo hicieron en diferentes partes del mundo: Asia, África y Europa; en tres idiomas: el Antiguo Testamento, en su mayoría en hebreo, y pequeñas partes del mismo en arameo; y el Nuevo Testamento en griego.

El origen del Antiguo Testamento
     De estas diversas fuentes y épocas surgió un solo libro. Cuando murió Moisés estaban concluidas las cinco primeras partes; a estas añadían un par de rollos al reinar David; En tiempos de Esdras, poco después de la cautividad babilónica, el Antiguo Testamento, letra a letra, palabra a palabra, frase a frase, estaba casi concluido. Cuando estuvo listo, cuatro siglos antes de nuestra era, ya había surgido un libro que aún hoy se conserva intacto. El respeto a este A.T. era tan grande que, como dijo el historiador Flavio Josefo, nadie durante siglos se atrevió a añadir o quitar algo del mismo.

El origen del Nuevo Testamento
     El origen del Nuevo Testamento quizá es más portentoso que el del A.T. Jesucristo mismo, según sabemos, jamás escribió una línea como revelación divina, y sus discípulos, como buenos israelitas, sin duda se habrían retraído del temerario pensamiento de añadir ni una sola palabra al Antiguo Testamento. Incluso 50 años d.C. es probable que aún no se hubiera escrito una sola letra del Nuevo Testamento. Pero entonces ocurre el milagro, Sin plan previo surgen las partes del Nuevo Testamento escritas por diferentes personas, a veces distantes entre sí. Aquí nace una biografía de Cristo; allí una carta; más allá un ensayo estupendo (como la carta a los hebreos); en otro lugar surge una obra profética (el Apocalipsis).
     Estas porciones circulan y son reunidas por grupos de cristianos que apenas tienen problemas acerca de qué libros pertenecen realmente a esta colección y cuáles no; su respeto a lo escrito es tan grande que el N.T. enseguida es reconocido como tal por casi todos, y apenas nadie se atreve a añadir o quitar algo del mismo.

La Biblia actualmente
     Hoy día encontramos lógico poder ir a una librería y compra una Biblia impresa. Pero no siempre fue así. Durante siglos los cristianos debieron contentarse con que les leyeran la Biblia en las iglesias porque (al no existir la imprenta y además porque la Biblia no era para el pueblo) había muy pocas Biblias, y estas dependían de los amanuenses que las copiaban. También los judíos tuvieron que conformarse con la lectura de sus santos rollos de la ley en las sinagogas.

      Desde que Gutenberg inventó la imprenta, se imprime y encuaderna como cualquier otro libro. Antes, fue grabada sobre la madera, sobre la piedra, sobre tablilla de barro y láminas de metal. Escribieron sobre la corteza de juncos secos (papiro), sobre tela y pieles de animales muy curtidas (pergamino). Hoy, está grabada  en soportes informáticos de todo tipo, en sistema Braille etc.…

(Imprenta de Gutenberg)

lunes, 26 de diciembre de 2011

2. ¿Por qué se le llama "La Biblia"?

Su nombre
El Nombre “Biblia” podemos relacionarlo con unos de los primeros materiales que se han utilizado para la escritura de textos y de grabados: el papiro
             La caña de papiro es una planta que alcanza una altura de hasta  4,5 metros; planta acuática muy frecuente en ríos y lagos pocos profundos de Egipto y Siria. Hoy ha desaparecido allí casi por completo, pero en los afluentes del Nilo y en algunos puntos de las orillas del Jordán todavía pueden verse éstas plantas.
     Cargas de papiro eran enviadas a la ciudad de Biblos (actualmente se llama Djubay o Jbail, en el Líbano, al norte de Beirut) por los pueblos sirios y se supone que de ahí se deriva la palabra griega – biblos  o bublos – que significa “planta de papiro”  de ahí que también viene las palabras como: papel, libro, carta, escrito, de la cual se deriva la palabra griega biblion. La palabra griega “biblion” significa: un libro, en singular, y la palabra griega que se utiliza para el plural de libros, es biblia. De ahí el origen del nombre “Biblia” que nosotros conocemos y utilizamos.
     Por ello, la iglesia primitiva que reconocía esta colección de libros como partes que integraban la Sagradas Escrituras, les aplicó este nombre:  Biblia (libros). Que pasado el tiempo, los cristianos reconocieron la unidad de la revelación escrita y olvidándose de la gramática, empleaban “biblia” como sustantivo femenino singular, de donde viene el término: – “LA BIBLIA”.
     Los cristianos utilizan varios nombres para referirse a la Biblia:
                             “La Santa Biblia”
                      “Las Santas Escrituras”
                                         “La Palabra de Dios”
                                              “Las Escrituras”
                                                   “La Palabra”
                                                       “El Libro Santo”
                                               “La Santa Palabra” etc.
Curiosidades:
      Si nos fijamos en nuestro vocabulario encontraremos que la palabra “biblio” forma el prefijo en la formación de palabras relacionas con los libros, por ejemplo:   biblio…teca,  biblio…tecario,  biblio…grafía,  biblio…mancia, biblio…manía,  biblio…grafo, etc.

domingo, 25 de diciembre de 2011

1. La Biblia un libro extraordinario

¿Qué es la Biblia?
    Se llama Biblia al conjunto de escritos que en el judaísmo y en el cristianismo se considera de un gran valor religioso. La Biblia que los cristianos reconocen se compone de dos grandes secciones, la primera llamada Antiguo Testamento y la segunda Nuevo Testamento.

¿De qué trata la Biblia?
    La Biblia trata de las relaciones entre Dios y el ser humano. Por medio de ella Dios, se revela a sí mismo y da a conocer su voluntad y su propósito redentor. Contiene, pues, la historia de la Salvación. Nos muestra la acción poderosa de Dios en la historia humana. Esa acción se ve de modo especial en la vida de un pueblo: el pueblo de Israel.

La Biblia es un libro para todos.
     La Biblia es un libro para niños, para jóvenes, para los padres, para la mujer, para el hombre, para la familia... para todas las personas sea cual sea su edad, condición o raza.
     Como leemos en la misma Biblia, en el Evangelio de S.Juan cap. 3, verso 16:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna." 

¡La Biblia es única!
     La Biblia es única en su contenido, en su mensaje, en su existencia a través de los siglos, por sus miles de traducciones a muchos idiomas y lenguas, en su circulación por todo el mundo, en sus distintas formas literaria, etc.
     La Biblia no tiene igual o semejante, es diferente de todos los libros
     La Palabra “única” es la definición más acertada para la biblia y definir acertada-mente al… “Libro de los libros”

La Biblia es un libro maravilloso
     En el Evangelio de San Juan podemos leer por qué la Biblia es un libro maravilloso, y además nos dice cual es su propósito:
     “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Evangelio San Juan cap. 20, verso 31

La Biblia el mayor tesoro
     El mayor tesoro del mundo, para la humanidad, es la Biblia, como podemos leer en el libro de los Salmos:
     “…Los juicios del Señor son verdaderos, todos ellos justos; deseables más que oro; sí, más que muchos oro fino…” (Salmos cap. 19, versos 9 y 10)

La Palabra de Dios

     Para el creyente fiel, la Biblia es la Palabra de Dios escrita, que la lee, la cree y la obedece.
     “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y luz para el camino. He jurado, y lo confirmaré, que guardaré tus justas ordenanzas” (Salmos cap. 119, versos 105-106)

Dios nos habla

     Dios nos habla a través de su Palabra, y se convierte en el Libro de los libros, porque es sus páginas nos habla Dios, nuestro Creador: “Así dice el Señor de los ejércitos” ésta afirmación se repite centenares de veces en la Biblia, en el libro de Malaquías podemos contar más de veinte frases con éstas palabras.

La Biblia, una biblioteca divina
     La Biblia es una “biblioteca divina” porque está formada por la colección de los libros que Dios ha determinado.

La unidad de la Biblia
     La Biblia tiene una gran variedad e estilos literarios, contiene poesía, en forma de cantos e himnos varios, así como declaraciones proféticas. También hay en ella narraciones de hechos históricos, y relatos que sirven de comparación o ejemplo, llamados parábolas. Hay igualmente conjunto de leyes para la vida pública, correspondencia personal, etc.
     Además es un libro de una época muy distinta y de culturas muy diferente a la nuestra. La Biblia fue escrita por varios escritores, alrededor de cuarenta, en diferentes lugares y épocas distintas.
     Por todo ello, y a pesar que la Biblia, a primera vista, parece ser una colección de literatura, en ella existe una UNIDAD en todo el conjunto. El grupo de libros que forman la Biblia no están aislados e independiente sino formando juntos la Unidad del libro, y conservando, además, sus características propias cada uno de ellos.
     Y con mente abierta y libre de todo prejuicio, podemos detectar en la Biblia que hay un hilo conductor centrado en el mismo tema. La Biblia es la historia de la redención del ser humano, que se lleva a cabo por la operación de la gracia de Dios a su favor. A través de toda la Biblia podemos detectar ese hilo carmesí de la salvación del ser humano. Recordando en todo momento esa unidad que constituye el grupo de libros que forman la Biblia.
     Hay sólo una historia en desarrollo en toda la Biblia: “LA REDENCIÓN DEL SER HUMANO POR DIOS”

Curiosidades:

     Si leemos diariamente cuatro capítulos, podremos leer fácilmente toda la Biblia en un año.
     Necesitaremos unas 38 horas para leer el Antiguo Testamento y 11 horas para el Nuevo Testamento, en total 49 horas toda la Biblia.
     El famoso escritor, predicador y pastor inglés, Spurgeon, leyó la Biblia cien veces y dijo: -“la última vez, la encontré mucho más hermosa que la primera”.
     La Biblia es la obra tipográfica mayor y más antigua que conocemos. Fue impresa por el inventor de la imprenta Gütenberg, alemán del siglo quince (1454-1455).
     Entre los lectores asiduos de la Biblia figuran personajes como:
Newton, Herschell y Kepler – astrónomos.
Linneo y Cuvier – botanistas y naturistas
Stephenson, Mac Cormick, Bell, Marconi, Edison – inventores
Juan Komensky – creador de la enseñanza audiovisual
Florencia Nightingale – organizadora de las primeras enfermeras
Jenner – inventor de la vacuna
Henry Dumont – Fundador de la Cruz Roja Internacional
Dante, Shakespeare, Cervantes, Racine, Milton, Goethe, Tolstoi, Strindberg,
Gabriela Mistral – Escritores de todas las épocas